La Labradorita
Es la piedra que brinda equilibrio, promueve el intelecto, ayuda a superar el estrés, despierta la inspiración y la intuición. En términos de salud, se usa para equilibrar los trastornos del sistema digestivo, los trastornos hormonales y menstruales.
Y es una piedra protectora, sobre todo contra la contaminación mental. Aporta equilibrio e imaginación, siendo un mineral muy apreciado por artista y creadores.
La labradorita también llamada “espectrolita” es un mineral del grupo de los silicatos, subgrupo tectosilicatos y dentro de ellas pertenece a los feldespatos denominados plagioclasas. Es un aluminosilicato de sodio y calcio, es decir, contiene óxido de aluminio (Al2o3) y también sílice (SiO2).
Su nombre proviene de su primera ubicación geográfica donde se la encontró, la península del Labrador (Canadá).
¿Cómo activar la labradorita?
Coloque la piedra entre las manos y frótela durante algunos minutos. Puede también colocar una labradorita en cada mano y concentrarse en sus energías. A continuación, sentirá una transferencia de energía que fluye por todo su cuerpo.
¿Cómo se limpia de energías y se carga la labradorita?
La forma de limpiar, purificar y cargar la labradorita es introducirla en agua con infusión de salvia durante 15 a 30 minutos. Luego se usa recargarla de manera periódica exponiéndola a la luz de la luna por unos 30 minutos.
¿Qué trabaja la labradorita?
La labradorita alinea el cuerpos físico y el etérico, estimula la intuición y los dones psíquicos. Disipa miedos y las inseguridades. Fortalece la confianza en el yo y en el Universo. Calma la mente hiperactiva y activa la imaginación, también aporta contemplación e introspección al pensar.
¿Dónde se la encuentra?
Los depósitos de labradorita más importantes se encuentran en Canadá, en Labrador, en Nain y en la isla de Tabor. También en los EE. UU, en las montañas Adirondack de Nueva York que han producido labradorita de colores, especialmente en el lago Saranac.
La leyenda de la Labradorita y la Aurora Boreal.
Dicen que… "Hace miles de años, en el norte de las Americas, había un lugar donde el cielo y el mar se unían de tal manera que los espíritus de luz pasaban permanentemente de un mundo a otro, formando a su paso las luces de la Aurora Boreal.
Un día, una tormenta atrapó a los espíritus, que quedaron presos en las rocas frente a la costa de Labrador. Después de entonces, la Aurora Boreal ya no brilló, desatando temor entre los habitantes del lugar.
Entonces un valiente guerrero decidió caminar hacia la costa para encontrar el origen del problema. ¡Su tribu quería volver a ver las luces bailar en sus cielos cuando reinara la oscuridad!
Caminó muchos días y muchas noches, hasta que un precioso resplandor en una de las rocas le desveló el paradero de los espíritus, y donde se encontraban atrapados.
Sin dudarlo, el guerrero levantó su lanza y la clavó de un solo golpe contra las rocas, rompiendo las rocas de manera tal, que liberó a los atrapados espíritus. Ellos volaron hacia el cielo, iluminando nuevamente el cielo con la impresionante Aurora Boreal. Sin embargo, algunos de los espíritus permanecieron entre las piedras, listos para acompañar en su camino a aquellos afortunados que obtuvieran un pedazo de Labradorita."
