LA MAGIA DE LA AMATISTA
La amatista se conoce desde hace miles de años, pues ya en el antiguo Egipto se utilizaba para crear joyas, sellos personales y tallas. En la Edad Media, el cristianismo adoptó la amatista como símbolo de renuncia a los bienes terrenales y castidad, y todavía hoy la llevan en forma de anillos muchos cardenales y obispos. La amatista simboliza además la sabiduría divina.
Piedra poderosa y protectora. Tranquilizante natural que ayuda a bloquear las energías negativas.
Aporta sentido común, potencia en la memoria, la motivación y centra a la persona emocionalmente.
Alivia tensiones físicas, emocionales.
Combate el insomnio y aporta sueño reparador.
Limpia el aura y transmuta la energía negativa.
La leyenda dice que : “Dionisio, dios del vino, estaba enamorado de una bella doncella llamada Amethystos, la cual le rechazaba ya que deseaba permanecer casta y pura. Por ese motivo decidió pedir auxilio a Artemisa, diosa de los animales, de la caza y de la virginidad. Ésta escuchó sus plegarias y encotró la forma de ayudar a la doncella transformándola en una resplandeciente roca de cuarzo blanco. Dionisio, humillado y enfadado, vertió junto a sus lagrimas, una copa de vino sobre la roca, tiñendo de púrpura sus cristales y convirtiéndola en lo que hoy conocemos como la amatista”.
EL PODER DEL QUARZO ROSA
En el Antiguo Egipto era considerada como la gema del amor, la piedra del amor sagrado y de la belleza, por lo que el polvo de este mineral se empleaba tambien para limpiar el cutis y para elaborar maquillajes. En la antigua Grecia, por la magia de la piedra, por su belleza y la delicadeza de su color, el cuarzo rosa era la mejor ofrenda que se le podía hacer a Afrodita, diosa del amor. Y en Roma se empleaba también como cicatrizante.
Es la piedra del amor incondicional y paz.
Es el mejor sanador emocional.
Alivia las penas y las emociones no expresadas, así como el dolor interior.
Facilita el perdón, la compasión y auto aceptación.
Atrae auto estima y confianza en uno mismo.
Leyenda sobre su origen:
Símbolo de la alianza del amor entre el Cielo y la Tierra, según una antigua leyenda oriental, el sol despertó una mañana, al abrir los ojos vio una pequeña princesa azul recién nacida y quedó prendado de su esplendorosa belleza. Entonces decidió forjar para ella un tesoro de amor con sus dorados rayos, para que creciera siempre en armonía y así recordara eternamente que en el firmamento, tendría para siempre a su protector y amigo y, a continuación, creó el cuarzo rosa como emblema de esta alianza. La princesa se llamaba Gaia. Y, desde entonces, como una madre amorosa, nos entrega a nosotros sus hijos esta poderosa y maravillosa piedra.